Seguramente, él las tendrá todas guardadas en alguna carpeta catalogadas por: "fechas", "mejor frase", "estado de ánimo", "felicitaciones", "agradecimientos", "cómo debe ser el buenos días", "cómo debo despedirme por las noches", "chiste del día", "ideas (a desarrollar)", "me gusta", "le gusta", "expresiones nuevas", "emociones", "música", "temas de interés general", "frases que contengan la palabra princesita".
Tendrá todo bien organizado para utilizarlas cuando se presente la ocasión, y así "copiar y pegar" para la nueva "presa". A medida que vaya adquiriendo experiencia, mayor será su descaro, y estas cartas seguramente irán creciendo en adornos y volumen. Las dejará perfectas para un best-seller.
Hasta os aseguro que llegará el día en que querrá publicarlas. Querrá publicar sus "falsas memorias" y así obtener rentabilidad con ellas, argumentando de manera "teatral", igual que lo hacía en sus cartas, que "en su vida hubo un gran amor al que no olvidará y al que tiene mucho que agradecer, es decir: "yo", la persona con la que se comportó de manera ruin y despreciable.
Seguirás siendo fantasioso, agregándole poesía a todo lo que te has encargado de destrozar. Lo que tu corazón nunca comprenderá (porque estás vacío), es que el agradecimiento se demuestra con los hechos, no con palabras. Las buenas actitudes no se escriben, se realizan. Y las palabras carecen de sentido cuando se ensucian con los actos.
He sido la primer persona que se enamoró de ti, pero no hagas alarde de ello, porque también he sido la primer persona que ha dejado de amarte, y no ha sido por ser lo que soy sino por lo que eres tú. Todos tus escritos me empalagan, tu música me empalaga, de todos esos temas que me hiciste para piano no podría oir ni una sóla nota. "La música no es más que fórmulas matemáticas", dijiste antes de despedirte sabiendo que así matabas otra ilusión en mí. Aunque viniendo de ti no dudo que todo lo calcules, al igual que calculas tus palabras, tus cartas, tu vida. Qué puede extrañarme ya, todo tú eres un fraude.
Son más de 2.500 cartas de amor que tú me has escrito, pero no publicaré todas, serán sólo 200 las que haré públicas, las más recientes. Me llamaré "Laura" y él se llamará "Leo". Aquí dejo sus cartas, las de un personaje tan increíble que hasta se podría dudar de su existencia, pero os puedo asegurar que es de carne y hueso, y que lamentablemente, sí, existe e irá haciendo daño por donde vaya.
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