viernes, 2 de septiembre de 2011

Carta 144 -

¡Hmmmm!

¡Hola Laura!

Recién llego de la ciudad con 2 macedonias pequeñitas para mi hermana y para mí. Y me estoy comiendo la mía... Está riquísima (tiene kiwi, fresas, ananá y sandía), ¿Te acuerdas de la tienda en nuestro barrio? Seguro que venden cerca de ti. ¿Mirarás si hay? Recuerdo que me dijistes que había, pero no tan buenas. Pero de eso ya hace tiempo, lo puedes volver a mirar.

¿Estás bien? No sé si tienes móvil ya. Espero que todo vaya bien mi Laura.

Venía en el tren pensando tanto en ti, mi preciosa... Pensaba en mi hermana, como ha crecido, pero que le continuo queriendo como si fuera mi niña de siempre. Ella siempre será mi hermanita, es un amor que nada ni nadie puede romper. Y luego enseguida pensé en nosotros. En ti. Y también hice el ejercicio. He sentido que te quiero tanto, que siempre serás mi Laura, que nadie ni nada podrá hacer que deje de sentir tanto amor por ti. Es algo para siempre, algo que está ahí, algo que nos ha nacido porque así tenía que ser. Tan difícil que uno podría pensar que han sido las coincidencias para conocernos, como me dices tú, mi Laura, que estoy también seguro que tú y yo somos el uno para el otro, estamos hechos para hacer de nuestra pareja un solo ser. Te quiero tanto, me gustas tanto, que eres parte indivisible de mí. Siempre te querré.

Mi Laura, quería compartirlo contigo. Eres mi luz, incluso la de los relámpagos en las tormentas, que sé que cuando llegan aquí, te han mimado y transportan tu cariño hacia mí.

Laura de mi corazón, que pases unas buenas nochas. Pensaré mucho en ti, imaginaré que tú también lo haces, y te viviré dentro de mí, como tantas veces hemos hecho, y tantos y tantos días hemos pasado tan cerca y tan lejos al mismo tiempo.

^^^^ TE AMO ^^^^

Tu Leo.



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