La traición debe ser uno de los dolores más grandes que una persona pueda experimentar, y más aún cuando esa traición se recibe de un ser amado. Descubrir que esa persona en quien se ha confiado plenamente, nada tiene que ver con aquél por quien se hacía pasar, hace que todo aquello que parecía firme e inamovible se desplome ante nuestros ojos, que la tierra se abra bajo nuestros pies, y cayendo irremediablemente al vacío infinito, la angustia oprima el pecho sin dejar el aire pasar.
miércoles, 31 de agosto de 2011
Carta 56 -
Hola mi Laura,
Gracias por tu correo precioso que acabo de leer justo llegar del trabajo. Eres siempre tan dulce, que no praría de comerte. Bueno, en pocas ocasiones paré, ¿Verdad? Qué hermoso todo lo que hemos vivido. Mi amor, lo que hemos vivido permanecerá para siempre en mi corazón, en mi vida. Es lo que me da fuerzas para continuar adelante. Tú me las has dado todo este tiempo, y me las das ahora.
Laura, yo no he cambiado. Continúo saliendo con los amigos, no te preocupes por mí, yo salgo,y continúo tomando el aire como antes. Justamente, no quererte sí sería estar atado. Sí sería bloquear lo que siento. Además, me encantaría estar atado a ti (literalmente).
Tú ya me has dado la razón para seguir adelante, pero como sabemos, falta la tuya para hacer lo mismo. ¿Cuál es tu razón para seguir luchando por lo que quieres? Tienes tantas que hasta no las sabes ver. Empezando por tu familia, tus sueños, y terminando por mí. ¡Y cuántas me dejo por el camino! Por esto quiero repetirte que yo estoy aquí contigo, que continúo luchando por mi vida, por la vida que me has regalado. Te apoyo y te apoyaré en cuanto decidas, y entiendo y respeto lo que me dices. Pero el tesoro del amor que me has regalado y lo que siento por ti no me lo quita nadie. ¿Me entiendes? Nadie. Nisiquiera nosotros mismos.
Sólo hay un aspecto que creo que aún no tienes claro. Laura, no se cómo decírtelo. Quizás deba entrar en tu casa, vestido de militar con una bandera rumana tatuada en el brazo por la noche con un pasamontañas para que te lo creas: Laura, ¡Que te quiero! Por mucho que yo adquiera la cualidad de la poligamia, y esté casado con 10 chicas a la vez, ¡Te quiero! Esto no deja de ser un escrito, pero puedo decírtelo de más formas, pero tanto el truco de la caída a medianoche en la montaña con cadena, como el truco del militar, no serían muy apropiadas para mi bienestar físico. Mi Laura, te quiero y te querré siempre. Sí, SIEMRPE. ¿No te lo dije continuadamente muchas semanas antes que regresaras? Te querré siempre. Es más te querré siempre, pase lo que pase. ¿Acaso no recuerdas estas palabras mías incluso en escritos? ¿Acaso estás dejando de creerme? Una cosa es lo que te haya pasado a ti con otra persona, o lo que veas por la calle, y otra cosa soy yo. Yo soy especial, ¿O es que tampoco lo soy? ¡Claro que sí! Y sé que lo soy, y sé que me quieres también por ello. Así que, mi chica: TE QUIERO Y TE QUERRÉ SIEMPRE.
Así que como te dije, y como me has pedido, continuaré luchando por mi vida. Y, mi chica, sintiéndolo mucho por ti, esto pasa por hacer que nuestro amor nos lleve a ambos a la felicidad. Y en mi modesta opinión, "ambos" creo que te incluye también a ti, ¿No?
Leo
PD: Cómo te vivo. Es que de tantas vivencias juntos, creo que si me pusiera a pensar en ranas saltando encima de vacas haciendo el salto en una nave espacial, ¡Seguro que lo relacionaría con nosotros! ... ... ... ... Mi preciosa....
Etiquetas: carta de amor en re menor, carta,
Carta de Amor en Re Menor
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario