Carta 73 -
Buenos días también para ti
Princesa,
Buenos días preciosa mía. Gracias por escribirme ayer y compartir tantas sensaciones que tan bien me has sabido transmitir con tus palabras. Sé qué sentiste, ambos lo sabemos, porque ambos nos conocemos y sabemos que tenemos una sensibilidad especial, o almenos nosotros sabemos valorarla. Eres pequeña, y no sabes cuánto me encantaría poder compartir tantos momentos contigo, y me volvieras a contar qué sensaciones te vienen con la brisa, qué recuerdas, qué sientes, y poder abrazarte y darte mi cariño a tu lado. Me gustaría que compartieras siempre que lo sientas todo lo que quieras conmigo, que me cuentes como "hoy" tantas sensaciones y las compartas.
Me alegro que te gustaran las fotos. Como dices, yo también me he imaginado cuándo me llamabas, por qué sitios estaba entonces, y las fotos tomadas justo antes o después de hablar contigo y quererte. Cuando me dijiste que querías soñar conmigo el primer día, fui yo quién soñé claramente contigo. Soñé que podía ir a verte, pero estaba lejos, aunque estábamos juntos a la vez... Es rara la vida, sí. Raro soy yo, alguien que sabe que te quiere y que eres lo más importante para mí, que eres lo primero en lo que pienso siempre, que estás cada segundo del día en mi cabeza, pensando cómo estar contigo... Y en cambio, tan lejos que estoy de ti. Quiero estar contigo y abrazarte bien fuerte Laura. En el sueño te decía que eres mi princesita pequeña, seguro.
Mi Laura, yo te echo de menos también. Siempre. Aunque demasiadas veces procuro no sólo no decírtelo, sino además no pensar. Dices que miraste el video que me regalaste, que me encanta por ser un regalo precioso que salió directo de tu corazón. Yo también miro muchas veces algunas fotos tuyas, las pocas que tengo, puestas todas juntas en una carpeta especial. Necesito besarte.
Princesa de todas las flores, espero que hayas soñado conmigo, como yo lo he hecho contigo. No sabes cómo me encanta que te pegues a mí.
Laura, mi vida eres tú. Te quiero.
Tu Leo.
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La traición debe ser uno de los dolores más grandes que una persona pueda experimentar, y más aún cuando esa traición se recibe de un ser amado. Descubrir que esa persona en quien se ha confiado plenamente, nada tiene que ver con aquél por quien se hacía pasar, hace que todo aquello que parecía firme e inamovible se desplome ante nuestros ojos, que la tierra se abra bajo nuestros pies, y cayendo irremediablemente al vacío infinito, la angustia oprima el pecho sin dejar el aire pasar.
miércoles, 31 de agosto de 2011
Etiquetas: carta de amor en re menor, carta,
Carta de Amor en Re Menor
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